ya acabó su novela

Sobre el término “chingana”

Publicado: 2010-06-24

El hecho de que muchas términos quechuas pasen al castellano es un evento de tanta normalidad, que su desconocimiento suele generar, en realidad, más de una sorpresa. El término “chingana” es un excelente ejemplo de esta situación. En Lima, y a lo largo del Perú, los bares de barrio (donde la cerveza o el licor es barato, la luz es escasa y donde es fácil perder la noción del tiempo) se conocen con el nombre de “chinganas”.  Este nombre, en algún momento, se pensó que llegó con el contingente chileno de la Guerra del Pacífico, ya que es un término que en el país del sur representa, principalmente, jolgorio, fiesta de comida, fiesta de baile, etc. Mas, fuera de la abundante data escrita que documenta dicho término mucho antes en el Perú, si uno pasa por una chingana, no es precisamente la idea de jolgorio la que pasa primero por nuestras cabezas. Como se advierte líneas arriba, “chinkay” es un término de estirpe quechua que se encuentra en las dos grandes ramas de la familia, la sureña y la central, y significa “desaparecer, perderse”. Ajustando y conduciendo nuestro análisis, “chinka-y”, donde “–y” es la marca morfológica de infinitivo, nos deja la raíz “chinka-“. Sobre esta raíz, y bajo un proceso de morfología derivativa, se obtiene, a través de la sufijación de “–na”, que al caso es traducible como “concretador o sustantivizador” la palabra “chinka-na”, traducible por “laberinto”. Los hablantes del quechua bien pueden explicitar este significado como “donde uno se pierde”. Obsérvese que este proceso y traducción es compatible con “puklla-y” jugar >”puklla-na” “lugar donde se juega”[1]. Ahora bien, falta un asunto: la “k” por la “g”. Es bien conocido en el mundo andino, y más aún en la zona de Ancash que las consonantes sordas tienden a volverse sonoras si siguen en la palabra a un segmento nasal. Este sería un caso propicio de esta sonorización. En este sentido, se obtiene el término que se utiliza para denominar a estos lugares donde el sujeto común va a buscar ideas, pero por lo general suele terminar más perdido de lo que entró y, por lo general, con casi nada del dinero con el que se entró.

[1] También es posible traducir este caso como “juguete” en tanto el sufijo es sustantivizador.


Escrito por

Goncho

Soy lingüista interesado en el estudio del lenguas andinas y de los universales del lenguaje. Estudio filosofía, me gustan las ciencias y la poesía. Me encanta la música. Esto último es en serio. Me encanta la música. En este blog postearé cosas breves, pero q


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Fort-da: Bajo las coordenadas de la curiosidad